La playa pierde su virginidad
La playa virgen del espacio natural de Doñana. Foto: José María Pérez de Ayala. Cuando se dice Matalascañas suenan músicas diferentes según quien oiga tan extraña palabra. Desde paraíso veraniego de la infancia (y adultez), a imperdonable atentado contra Doñana, o centro de las vacaciones del 'miarmismo'. El nacimiento de la macro urbanización de Matalascañas se puede considerar inevitable. Ya acogía a veraneantes desde principios del siglo XX, cuando los habitantes de, al menos, medio pelo económico de los pueblos del entorno se pagaban
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